LA REPRESENTACIÓN DEL PODER

En esta entrada del blog, voy a explicar de qué manera se ha representado el poder en escultura y pintura a lo largo de la historia, desde Egipto hasta nuestros días, en las épocas en las que había un poder político que lideraba en la sociedad. Luego, explicaré las similitudes que podemos encontrar en la representación del poder en la imagen clásica y en la actualidad. Por último, mostraré una imagen que intenta representar el poder utilizando la forma que se usa a día de hoy.

En Egipto, había muchísimos dioses que se encargaban del orden cósmico. La religión era fundamental. Los egipcios querían representar la perfección de los dioses a los que veneraban. Seguían la ley de la frontalidad, que reducía la contemplación a un solo punto de vista y las figuras eran hieráticas. Sirve como soporte del alma para la eternidad. Los faraones eran considerados dioses vivientes y eran los que tenían el poder político en aquella sociedad jerarquizada. Representaban a dioses, faraones y señores en un tamaño mayor que a las demás personas, para representar ese poder que tenían. Pintaban paredes y sarcófagos y uno de los temas principales eran los ya mencionados dioses y faraones. También destacan los jeroglíficos, donde podemos apreciar esa perspectiva jerárquica.

 

La escultura romana consistía en retratos encontrados como bustos, esculturas exentas y ecuestres. Con el tiempo, van dejando atrás la idealización característica de épocas anteriores para orientarse más hacia el realismo. La escultura en la Hispania romana, los modelos escultóricos están ligados a a los de herencia griega. En la Antigüedad estaban policromadas, pero perdieron el color con el paso de los años. La función de estas imágenes era decorativa o documental, para dejar constancia de la importancia del emperador. Fue importante la labor de abastecer a todas las ciudades de la imagen del emperador, el poseedor del poder político en el Imperio Romano. Un ejemplo son los retratos imperiales de Trajano y Adriano. 

Durante la época del Renacimiento, la religión tenía un papel importante, al igual que en la Edad Media. Esto se debía a que los papas eran grandes mecenas, es decir, patrocinaban a los artistas. Roma y el Vaticano, por tanto adquirieron importancia y poder político. Por otra parte, el rey, cuyo poder le venía de dios, los aristócratas, la nobleza y la burguesía, una nueva clase social también tenían poder y eran representados de esta manera. Solían ser representados en lugares cerrados e importantes. Por ejemplo, en la corte y sentados en sus tronos y junto a personas de menos poder representados con menos protagonismo en la imagen. El entorno lujoso en el que vivían, sus prendas ostentosas y la calidad material expresaban el propio estatus. Además elabora elementos procedentes de otras culturas. Se solía representar el busto o el cuerpo entero. Las técnicas más utilizadas fueron el temple, cuyo aglutinante era la yema del huevo, y el óleo, cuyo aglutinante era el aceite y se mezclaban con pigmentos. En este tiempo, los artistas comenzaron a ser reconocidos.

La pintura del siglo XIX se dejó influenciar por el fenómeno político francés, la ruptura con el tradicional artista que muestra lo que la monarquía y su aristocracia pretende. Predominó el dibujo, la forma, sobre el colorido y gracias a ello da como resultado una estética distante del espectador, reforzado por la luz clara y fría que bañaba las escenas, ya que si se adoptaran tonos dorados se introduciría en la obra una sensualidad que se rechazaba en la estética neoclásica. Representaban a los reyes y aristócratas de esta manera. Los artistas más aclamados del momento descubrieron que podían hacer fortuna sentando frente al caballete a la antigua aristocracia británica y a la nueva burguesía industrial y financiera que emergía en Estados Unidos y Europa. Un agujero de gusano hacia el triunfo.

En la actualidad, los políticos tienen el poder político, valga la redundancia. Son representados en fotografías de plano entero o primer plano, en carteles grandes y coloridos en épocas de elecciones o en la prensa física o digital, acompañados de una noticia y un titular. Solo periodistas y fotógrafos de prensa tienen acceso a las ruedas de prensa para conseguir esto. La relación entre el político y el fotógrafo es cercana, pero no demasiado. Unos quieren conseguir buenas imágenes, y otros desean atraer su atención. Un político en democracia necesita la resonancia del público, y por eso se expone, y para ello emplea todas las vías que tenga a su disposición. Los políticos son inmortalizados durante toda su carrera. Muchas veces controlan su apariencia para transmitir los sentimientos y el mensaje que deseen según sus objetivos. Hay fotografías en las que se dirigen directamente a cámara y a veces se dirigen a los votantes de forma indirecta, indicando al futuro. Cada puesta en escena de un político, debe tener un mensaje y una imagen que lo refuerce, un entorno audiovisual atractivo, una mimetización con el espacio y tomar el liderazgo en la fotografía. Se debe atender a los detalles, ya que pueden distorsionar el mensaje real que se pretende transmitir. 

Comparando la imagen clásica con la imagen actual, encontramos una serie de similitudes. En ambas épocas se representa el busto o el rostro del personaje. Aunque en la época clásica la imagen era una escultura normalmente y en la actualidad sin fotografías en las que varían los planos. Hay realismo en ambas, ya que en la época clásica representaban las figuras naturalistas y estudiaban la anatomía y en la actualidad la fotografía representa a las figuras tal y como son en la realidad. Por otra parte, ambas son documentales y su función es dejar constancia del personaje. Además, en ambas épocas las imágenes políticas han abastecido las ciudades para llamar la atención de la población. 

Una diferencia destacable es que en la actualidad, la imagen del poder político es acompañada por un texto que refuerza el mensaje que se pretende transmitir o lo expresa en su totalidad, algo que no sucedía en la época clásica.