CHEMA MADOZ

En esta entrada del blog, voy a analizar la obra de Chema Madoz y voy a explicar sus características y su forma de relacionar la imagen con la realidad.

Chema Madoz es un fotógrafo español nacido en Madrid en el año 1958. Estudió Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid y fotografía en el Centro de Enseñanza de la Imagen.

En 1985 realizó su primera exposición individual. En el 2000, recibió el Premio Nacional de Fotografía. En 2012, creó el cartel de la feria del libro de Madrid.

Su fotografía es minimalista y poco colorida en la que el objeto es el protagonista de la imagen. Los representa de forma que este pueda provocar otra sensación gracias a la ayuda de otro. Dedica tiempo y esfuerzo en su estudio manipulando los objetos a mano. El resultado es una fotografía natural y sencilla, pero muy expresiva. Sus imágenes se acercan a otras artes, como la poesía e incluso la escultura. Establece su propio discurso en su obra, la cual destaca por su perfección, una perfección tal que no necesita titular las imágenes. Ha ido evolucionando, y aunque siempre ha usado el mismo lenguaje, es capaz de no reiterarse y expresar distintos significados. Es un estilo identificable. Utiliza metáforas y paradojas, haciendo que objetos reales reflejen algo distinto, irreal y fantasioso. Es un universo poético de gran poder metafórico. Algunos objetos de repiten por su alta capacidad simbólica y metafórica. La metáfora es el esqueleto de la poesía. Él hace metáforas visuales, y por ello es un fotógrafo sugerente para los escritores. Su fotografía es conceptual, es decir, no se centra en el retrato de la persona, si no en sobresaltar el efecto de la imagen o los objetos que la componen en el espectador. Es un arte accesible, ya que todo el mundo lo puede entender. Suele trabajar en un estudio, dedicando una gran cantidad de tiempo a hacer montajes y utiliza una luz natural. Además, realiza bocetos previos para ver cómo funcionaría la imagen visualmente.  Utiliza objetos variados de cualquier procedencia y los combina para crear algo nuevo que evoque una sensación y los espectadores se sientan de alguna manera identificados.

Los espacios en los que trabaja suelen ser pequeños y dependen en gran parte del tamaño del objeto fotografiado. A veces se acerca a la macrofotografía y representa al objeto como lo principal, y el resto del espacio mostrado lo acompaña. La forma, al igual que el espacio, depende de la escala del objeto. Sus obras están realizadas en blanco y negro y el contraste es alto. Por ejemplo, el contraste entre el blanco y el negro en un piano. El blanco y negro marca distancia con la idea de la realidad, también presente en cada una de las imágenes. Sin embargo hay algo que lo lleva a otro territorio. La nitidez de sus fotografías también suele ser alta. El objeto principal siempre va a llamar la atención a la mirada y los demás elementos son uniformes y quedan en segundo plano. No suele centrarse en los detalles, pero depende del objeto que esté fotografiando. A veces utiliza luz artificial para poder resaltar mejor esos detalles. Utiliza el mínimo de elementos y saca el máximo partido a los objetos. 

Como ya he mencionado, la obra de Chema no se centra en las personas, si no en los objetos. Por tanto, aparecen pocos personajes en sus imágenes. Cuando lo hacen, acompañan al objeto para expresar algo. Los humanos en algunas de sus obras no aportan nada propio. Entre sus pocos retratos, encontramos representadas solo ciertas partes del cuerpo, nunca un primer plano. Su fotografía no busca la verosimilitud, no busca parecerse a la realidad. Busca algo diferente a lo que podemos sentir al ver los objetos por separado. Consigue que su unión no se vea forzada.

Utiliza bastante la técnica del recorrido visual. Especialmente encontramos muchas direcciones de la escena, que quedan definidas por los propios objetos, y los dan también una dirección de lectura. La proporción suele ser la del mismo objeto. La perspectiva varía según lo que se pretenda mostrar. Por otra parte, sus imágenes son estáticas. El único dinamismo que se puede encontrar lo hallamos en nuestra imaginación y lo que la imagen nos sugiere. Sus imágenes siguen la regla de los tercios y están muy equilibradas y proporcionadas como un conjunto. 

Centrándonos en el espacio de la representación, podemos destacar que sus fotografías se encuentran en espacio simbólicos e irreales. Es una imagen fuera de campo, es decir, no trata de mostrarnos un sitio concreto, solo se centra en los objetos y lo que sugieren. Son fotografías abstractas en las que objetos reales nos provocan sensaciones diferentes, irreales, más dinámicas e incluso dentro de la fantasía. La puesta en escena es clara y concisa, estudiada minuciosamente. Emplea la fotografía analógica, pues considera que así el espectador interpreta que está observando la realidad, la cual piensa que se puede tergiversar con la alteración más mínima.

La obra de Chema Madoz es atemporal. Al ser una fotografía simbólica, el tiempo es subjetivo.

En conclusión, es un estilo muy concreto en el que la imagen es estática, atemporal y está desubicada. Los protagonistas son el objeto y la abstracción.

La copa de vino en esta fotografía evoca un pubis femenino, debido a la altura del cuerpo en la que está situada. La cara de la joven no se muestra. El contraste está muy acentuado. 

 

 

La idea de esta imagen surge jugando con su hijo en la playa. Decidió investigar las posibilidades de los cantos rodados.

 

 

En esta fotografía, se aprecia un recorrido visual. Las vías del tren simulan la correa del reloj. Evoca el paso del tiempo.

 

 

 

 

La sombra de la cuchara es la de un tenedor. Hay irrealidad.

 

 

La lupa se convierte en llave y viceversa. La lupa es la llave de la mirada.

 

 

Las gotas pueden sugerir diversas formas.

Hay una intervención en el espacio natural y encontramos una paradoja en el agua y las piedras, que, en vez de salvarte, hacen que te mojes. 

 

 

El lápiz es un objeto optimista, pues acepta un margen de error tan pequeño como la pequeña goma de la parte superior. Esta fotografía evoca lo contrario. 

Para terminar, aquí muestro una imagen creada por mí, inspirada en la obra de este magnífico fotógrafo.

No me he inspirado en ninguna fotografía en concreto, pero he intentado seguir la idea de usar objetos cotidianos para evocar otra sensación.